* Se ponen en remojo las fabes el día anterior en agua fría.

* Ponemos las fabes en una cazuela amplia (a ser posible de barro ó hierro), las cubrimos de agua fría y las ponemos a cocer a fuego vivo.

* Una vez rompan a hervir, las desespumamos bién y bajamos el fuego a moderado. Incorporamos 2 ajos sin pelar, 1 cebolla cortada por la mitad y medio pimiento.

* Dejamos cocer durante dos horas aproximadamente (hasta que las fabes estén bién tiernas), añadiendo 1 vaso de agua fria cada media hora.

* A mitad de cocción, añadimos el azafrán y el pimentón, previamente disueltos en un poco de agua. La sal la incorporaremos cuando las fabes estén cocidas. No antes.

* Retiramos la cebolla, los ajos y el pimiento y reservamos.

* Abrimos al vapor las almejas, bien lavadas previamente (las habremos tenido en agua con sal 30 ó 40 minutos), en una cazuela con medio vasito de vino blanco.
Cuando estén abiertas, reservamos.

* En una sartén pondremos una cebolla mediana y un ajo picados finamente y lo rehogaremos a fuego lento.

* Cuando esté todo bién pochado, agregaremos una cucharada de harina y seguiremos rehogando unos instantes, para que se tueste un poco.

* Incorporaremos medio vasito de vino blanco y un chorrito de agua y dejaremos que se cocine durante un minuto para que se evapore el alcohol.

* Agregaremos las almejas reservadas, junto con el caldo que hayan soltado y mezclaremos bién añadiendo el perejil picado.

* Añadiremos las almejas así preparadas a la cazuela donde tenemos reservadas las fabes y dejaremos que den un hervor, unos 5 minutos, para que se mezclen todos los sabores.